lunes, 14 de noviembre de 2011

Poema atribuido a Quevedo

Estaba una fregona por enero
metida hasta los muslos en el río,
lavando paños con tal donaire y brío
que mil necios traía al retortero.

Un cierto conde, alegre y placentero,
le preguntó por gracia si hacía frío.
Respondió la fregona: "Señor mío,
siempre llevo conmigo yo un brasero".

El conde, que era astuto y supo dónde,
le dijo, haciendo rueda como pavo,
que le encendiese un cirio que traía.

Y dijo entonces la fregona al conde,
alzándose las faldas hasta el rabo:
- Pues sople este tizón Vueseñoría.

2 comentarios:

  1. Muy bueno jejej siempre me voy con una sorisa ...
    Un dulce abrazo y mil besos..

    ResponderEliminar
  2. Gracias por haber estado cerquita.
    Mi abrazo eterno por ello.
    Aquí son las 4:16pm, pero seguro será una buena noche, jejeje.

    Muakssssss!

    ResponderEliminar