viernes, 18 de noviembre de 2011

Un poema de S. Borrasca.

Nalgas Ardientes.

Cuando su espalda sudaba
esparcía un olor como a fusión de naranjo
a hojas de mamey o a ciruelas verdes.
Sus senos tercamente erectos
dormitaban sobre mi pecho
como golondrinas cansadas
o girasoles de la tardes.
Sus labios tenían la simpleza de la sandía
y el carmesí de ciertas frutas del trópico.
Y sus nalgas ostentaban la exquisitez
de una cena de dioses.

SALOMÓN BORRASCA.

6 comentarios:

  1. Placer de dioses, digna comida , entrelazados lazos entre tus letras...me pierdo.
    Fantastico.

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  2. Palabra y imagine Bellisime felicidaded...
    Mil besos...

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  3. Se ha abierto mi apetito. Este es un manjar de dioses que cualquier paladar desearía degustar.

    Saludo muy colombiano. Invitación a mi Galería

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  4. Desde Chile, exquisiteces que antojan.
    Un placer leer poesía.

    Buen finde, Shadow!

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  5. cuando el hambre acucia, la imaginación da su bocado de placer

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  6. La naturaleza como inspiración para dar al cuerpo de mujer forma...belleza y dulce placer...muchas gracias por compartirnos tanta belleza...besitos muy dulces...

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